Estaba sentado en la montaña, sus ojos se bañaban en la corriente del Amazonas. Después fue salmón remontando los rápidos. El sol parecía un coágulo y el cielo mezcló naranjas y violetas. Él volaba sobre la tierra, el mar y los arrecifes.
—Hoy amaneció con una cara de dulzura, observó el enfermero.—Así son estos pacientes furiosos, poco antes de morir cambian —contestó el psiquiatra.
Imagen tomada de la red.
5 comentarios:
Sendero: sí, la locura se puede manifestar de muchas formas, sobre todo en esta historia que desborda fantasía poética.
Bienvenida su participación; un abrazo.
Muchas gracias por comentar y por la bienvenida un abrazo a todo el equipo
Rubén garcía García
wwww
senddero.wordpress.com
Rubén es una mini con el estilo que nos tienes acostumbrados, poética y con una gran dósis de realidad. Muy buena.
Seguimos con las locuras.
Muy bueno!
Felicidades.
Gracias Alfonso, gracias Rosio por comentar... un abrazo Rub
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