martes, 19 de abril de 2016

Felicidad


En una bolsa de papel olvidada en la calle, un espíritu sabio dejó un hechizo que materializaba el deseo más grande del corazón; pero sólo se conservaba si la felicidad era completa, caso contrario todo desaparecía. Un hombre de traje de seda con zapatos italianos y reloj de oro, sacó diamantes, pero no eran suficientemente valiosos. Un sacerdote obtuvo las Tablas de Moisés, pero estaban rotas. Un erudito deseaba la verdad de la vida, pero quiso la verdad del más allá. Pasado el tiempo, un niño encontró la bolsa, sacó unos preciosas canicas y feliz se puso a jugar.


Juan Carlos González Miranda