viernes, 31 de diciembre de 2010

Soneto de papel en verso libre


somos de papel, lo sé, aunque a veces me resisto;
¿dónde entonces quedó el barro que nos diera vida?
ángel eres tú de esta costilla que me falta,
trozo de mi brazo que se lleva el viento cuando el frío acecha;
último latido que al galope se despecha con tu nombre...
mas somos de papel, lo sé, no importa cuánto me resista,
cuántas hojas estrujadas en el cesto de basura me reclamen,
cuántos lápices me exijan el grafito que en tus páginas gastaron,
cuántas gotas de esta tinta azul o negra de mi sangre
se enredaron en el filo amorfo de mis manos...
somos de papel, lo sé, amor, mujer, silueta,
porque entre murmullos de  libros y cuadernos
nos hablamos, amantes que en busca de un espacio
donde ser sólo nosotros en un mismo cuerpo.

Imagen tomada de la red.

martes, 28 de diciembre de 2010

Del Amor XIV: Agradecido


¿Sabías acaso lo mucho que has cambiado mi vida?

Desde que te tengo conmigo, tornaste mis días de encierro y desesperanzas por otros de alegrías y renovados afanes.

Tan dentro de mí estás, que llegas a tocar mi corazón inyectándome vida; haciéndome disfrutar nuevamente lo que ya consideraba perdido: de la naturaleza, del sexo, de sentirme intensamente vivo.

Estoy realmente agradecido, que será mi última voluntad cuando yo muera, que otro te disfrute plenamente así como lo hago ahora.

¿Que sería de mí sin ti, mi pequeño marcapasos?


domingo, 26 de diciembre de 2010

viernes, 24 de diciembre de 2010

Del Amor II: Traicionado

Los dos frente a frente a punto del clásico duelo.
(La traición no tiene otra forma de arreglo entre cawboys...)
Los ojos fijos el uno en el otro.
(Una amistad de infancia se perdió al encontrar a Mary en brazos de Paul...)
Las manos, tensas, se acercan a las armas. Desenfundan.
(Justo después de que Peter y Paul en ese acarreo de ponies, en la pradera, de noche, solos...)




Imagen tomada de la red.

martes, 21 de diciembre de 2010

domingo, 19 de diciembre de 2010

Del Amor I: Incomprendido

El sol había cavado su tumba entre las montañas.
Se incorporó y, aún somnoliento, exclamó:
 —¡Maldición! Otra vez la noche y no supe del día, de sus horas, sus olores.
Llorando de rabia, salió a buscar al sol y succionó la roja y cálida sangre de su víctima.


sábado, 18 de diciembre de 2010

Fuga


El público escucha hipnotizado en el teatro al aire libre. Los dedos del pianista alcanzaron velocidades fantasmales y en una serie de arpegios que imitaban alas en movimiento, las manos del artista escaparon como colibríes para perderse en la inmensidad del cielo.


Imagen de Ana Cribillero: Manos de inspiración.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Ilusión



Una noche fría y sola
Un día soleado sin ti

Clava tu alma en mi cuerpo
Corrompe mi corazón
Marca hasta mi última célula
con tu aroma y tu sabor

Recuerda los imposibles
De ser sueño y realidad
Que el sol borre tu memoria
Y después seamos “tal vez”


Imagen tomada de la red.

martes, 14 de diciembre de 2010

a. d. Freud

Tiene la bella mujer la mirada fija. En el torso desnudo destacan sus pechos firmes y marmóreos. Y su cuerpo, contoneado en un éxtasis visible. Una manta, ligera, no logra ocultar en sus muslos un firme entrecruzamiento de auto estímulo.
La hermosa imagen es un triunfo de la carne sobre la intolerancia. Sus manos ya no pueden recorrer, con ansia, esa protuberancia de entrepierna que lleva su mismo nombre. Por ese hecho fueron cercenadas de raíz en un mandato infame del soberano tribunal de Milo.

A oídos sordos


A Pablo Gonz*

―¡Soy la piedra que mató a Goliat! ―gritó la piedra empuñada por el joven manifestante, pero el ruido ensordecedor de los disparos impidió que alguien la escuchara.

Imagen tomada de EFE.
*Historia inspirada en IGNORACIÓN DIVINA de Pablo Gonz.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Cómplice*

Escucha... escucha los ruidos de la noche. En este cuarto sólo estamos mi lápiz, mis hojas, mis líneas y esos ruidos... y, en mi mente, tú, mi compañero de pláticas nocturnas... ¡Pero si sólo ha sido una noche! Con esa noche bastó para... arder.
Eres tan inalcanzable, tan imposible. Somos dueños de nuestro destino, terminar ahora, ¿continuar? Espera... nunca iniciamos algo. Excepto este juego piromaniaco, encendimos la chispa, que ahora es fuego y que nos consume poco a poco como ese cigarro tuyo. Te necesito esta noche para contarte al oído las cosas que imagino; que el viento nos haga volar tan lejos que nadie nos encuentre; que la lluvia nos encharque en algún lugar; que seamos tú y yo los que detengamos el tiempo, los que acortemos las distancias que nos dividen. Escucha... escucha los ruidos de la noche. Dame otra plática nocturna sin luz; que sólo se escuchen nuestras voces en la oscuridad.
Habla bajito que nos van a escuchar. Acércate y te diré... como es que me he enamorado de ti.


*Los adolescentes escriben II, Universidad Nacional Autónoma de México, 2003.
Imagen tomada de la red

sábado, 11 de diciembre de 2010

El beso









―El último de la noche, amada mía ―dijo él.
Acto seguido, el féretro fue sellado.






Imagen: El beso. Klimt

viernes, 10 de diciembre de 2010

Serie Evadne (2)


Huyamos a una hoja blanca,
compremos sábanas de guanábana
y confundamos al enemigo.
En este mar de blancura,
unámonos como la palabra
y la oscuridad se verá a lo lejos como la sombra de una hoja:
Tu vientre.
Abajo la oscuridad de dátil.
Frente a mi boca la hendidura de tu ombligo;
de mis labios una lengua pez
clava su humedad.
Evadne:
Huyamos a una hoja blanca.


Imagen tomada de: fotos.miarroba.com

jueves, 9 de diciembre de 2010

Prometió a su Buitre predilecta (Cuento de horror)


Prometió a su buitre predilecta
(Cuento de horror)

Tragicomedia en un Acto-fallido
Basado en las doxografías de Juan José Arreola

Protagonistas en orden de aparición:
Felipe de Jesús: nomo con banda al pecho.
Elba Esther: Bruja (de las malas).
Ambos con el celular al oído.


—La cita es para hoy en la noche.
—Levanto el sitio y abandono el campo.
—Te espero en los pinoles con la mecha prendida.
—No. Estás sobre un barril de pólvora.
—No huyas. Ven lavada y perfumada, unge tus cabellos, ciñe tus preciadas vestiduras, derrama en tu cuerpo la mirra y el incienso.
—Tendrás que aceptarlo sin peso y sin ley: soy de tu carne indisoluble y el lugar de tus apariciones
—¿Dejas esta mesa de manjares dispuesta?

—Estabas a ras de tierra y nadie te veía, tuve que cavar hasta el fondo para verte.
—No olvide, señora, la jornada electoral en que nuestras almas lucharon juntas cuerpo a cuerpo.
—No lo olvido, la presión ejercida en cada casilla se propagó por todo el país.
—Aquí te espero guarnecido de púrpura y de vino, el lecho abierto, y a tres años de mandato con la cabeza prematuramente cortada.

—Cansada de tanta proeza regresaré al PRI.
—¡La mujer que amé se ha convertido en fantasma!
— O, acaso hacia la izquierda, haya algo más dulce para mí.
—Los habitantes de este país somos realistas. La gata, fue gata.

martes, 7 de diciembre de 2010

El ladrón (Locuras IV)


Siempre va a paso rápido, de mañana o tarde, mirando al suelo. Con ropas ligeras a pesar del invierno. Se acerca y dice:
—‘ta nojao, `ta nojao.
Cachera su nombre. Que no es su nombre, pero lo es. En su cara seria se asoma una mueca, casi sonrisa.
—Dime Cacherita —suplica con voz gruesa de ignorada adultez.
—Dime Cacherita —repite hasta el cansancio.
Volteo a diestra y siniestra. La solitaria calle, cómplice, me incrusta la ternura.
—Cacherita —repito en un susurro, casi en silencio.
Su cara se ilumina y se aleja. El ladrón de alegrías me deja. Gritando entre risotadas:
—¡No estoy looooco!

lunes, 6 de diciembre de 2010

Cuerpo calloso (tercera lección de anatomía)


que de tanto pensar
                      tengo un callo
                                 en el cerebro

Imagen tomada de la red.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Para la realidad (Locuras III)



Tómela entre pulgar e índice. Fragméntela. Trozo a trozo déles un baño de miel (generalmente son de mal sabor) y añada una gota de aceite de menta para mejorar la digestión. Tráguelos sin miedo.
Si no logra hacerlo, ayúdese con unos grandes sorbos de tequila, el resultado no siempre es recomendable pues solo logrará cambiar su aspecto momentáneamente.
También puede colocarla en un sillón, junto a usted, y pasar los días mirando televisión, de esa forma no desaparecerá, pero logrará embrutecerla.
O, cuando esté desprevenida, sáquela de su vida, para después tomar unas eternas vacaciones en esta casa de salud mental, donde le espero, si no tarda mucho.