Tiene la bella mujer la mirada fija. En el torso desnudo destacan sus pechos firmes y marmóreos. Y su cuerpo, contoneado en un éxtasis visible. Una manta, ligera, no logra ocultar en sus muslos un firme entrecruzamiento de auto estímulo.
La hermosa imagen es un triunfo de la carne sobre la intolerancia. Sus manos ya no pueden recorrer, con ansia, esa protuberancia de entrepierna que lleva su mismo nombre. Por ese hecho fueron cercenadas de raíz en un mandato infame del soberano tribunal de Milo.
5 comentarios:
Dr. Pedraza, que bueno que no toda obra artística tiene este sustento. Interesante acercamiento a la Venus de Milo.
La ficción tiene esa virtud, recrear una historia desde una visión diferente.
Gracias Manuel
Hola, la belleza es un conjunto de imperfecciones que se conjugan para crear lo irrepetible, dar magia y forma.
Gracias por el espacio. Atte: Lulú Aguilera
Tan bello como la misma Venus.
Gracias Lulú y Dr. Shakatak. seguiremos leyéndonos. Hagamos cada vez más grande éste espacio
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