miércoles, 25 de mayo de 2011

Una historia psiquiátrica (II)


El primer contacto con la patología de Alberto lo tuvimos una tarde en la zona de aulas del Hospital General de México. Mientras algunos nos sumergíamos en una plática de drogas y rock and roll, Alberto nos observaba como quien contempla a un grupo de principiantes estúpidos. Finalmente se decidió a hablar.
            ¾Un día en Acapulco me encontré medio kilo de marihuana. Me alcanzó para varios días. ¡Fueron los más pachecos de mi vida!
            El comentario no sorprendió a nadie. A estas alturas del siglo el hallazgo de una virgen o de un joven no adicto, eran hechos publicables. Ser pacheco era algo que a nadie le importaba; sí te arponeabas, eras chemo o le entraras al ácido, podías considerarte la persona más normal de la creación. El comentario habría pasado desapercibido si no hubiera sido porque Alberto se empeñó en volver a la historia. Así fue que ante nosotros desfilaron personajes de telenovela y judiciales de carne y hueso; narcotraficantes insospechados y cachondas prostitutas. Refirió también un gusto inusitado por la piromanía, la caza mayor de sirvientas desnudas con rifles de diábolos. Ejemplificó su narración xenofóbica con insultos a un anciano enfermo, al que acusó de ser un abuelo desnaturalizado y debió dar ejemplar castigo arrancando el último mechón de pelo de su calva.
            ¾¡Para que se purifique el hijo de la chingada! ¾y arrojó al piso el ficticio crespón de pelo inerte.
            Compadecidos por su mitomanía, decidimos jugarle una broma.
¾Ya que estamos en confianza ¾comentó Alejandro, bajando la voz¾. ¿Por qué no nos damos un toque? En el coche traigo un cigarro. Acapulco Golden; pelirroja pura, cabrón.
            Alberto sonrió complacido ante la invitación.
¾Lástima que no traes un guato ¾Agregó, Eric ¾. Un churro apenas alcanza para él.
Eric y Alejandro se dirigieron al estacionamiento del Hospital.
¾Nos vemos en el baño de las aulas ¾propusieron―. Para hacerlo con más discreción.


Imagen de Raquela: En lo alto.

1 comentario:

quique ruiz dijo...

Ya me quedé picado.