Sentado frente a su laptop, un hombre de pelo cano y vientre ligeramente abultado, envía correspondencia a su amada cibernética, una linda mocita de lejano país. La electrónica realiza el milagro, a cada fracción de segundo lo volvía cada vez más joven hasta llegar a otra pantalla, donde, la imagen de un joven apuesto era observada amorosamente por una mujer, cuyas arrugas luchaban por ocultarse entre pesados afeites.
4 comentarios:
Doctor Pedraza, nada más cierto. ¡Los milagros que hace la internet!
Un saludo.
Talvez por eso ahora la mayoria prefieren amigos "cyber".
Saludos
Es inevitable no romper a carcajadas , me sabes algo o lo dices al tanteo?
Rosio: Esas relaciones tienen sus ventajas y desventajas. Rub: Así es, eso te pasaba hace 10 años!!, cuando lo escribí. Manolo:Voy a colocar otros cibercasos.
Gracias por sus comentarios
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