martes, 4 de febrero de 2014

La residencia (VII): Lecciones de neonatología


al dr. carlos aldana valenzuela, neonatólogo


Aquel chiquillo era demasiado pequeño para intentar hacer algo por él: veintidós semanas de vida intrauterina de ninguna manera eran  un aval del cual fiarse. ¡Carajo! ¿Por qué no llamar a uno de esos neonatólogos que Dios tiene en los cuneros celestiales vigilando a los chamacos hasta que cumplen la edad requerida para bien nacer? Digamos, treinta y ocho, cuarenta semanas.
¡Imposible! exclamó el subdirector médico a la sugerencia del obstetra, asustado. En estos momentos, no contamos con presupuesto para subrogar a un especialista divino.
Ni modo, qué le vamos a hacer. Entonces que lo reciba Carlitos Aldana.

1 comentario:

LaLa dijo...

Genial cuento, me recordó al neonato de 750 gr que vi nacer, puedo decir que esos pequeños no son otra cosa que un milagro y más cuando sabes que ya tienen cuatro años y siguen por ahí.

Abrazo Manolo
Diana