lunes, 14 de enero de 2019

Ensayo sobre la moral


Autorretrato con cerveza. CdMx Enero 2019


En principio me referiré a una anécdota.

Hace algunos años y hallándome al frente de la jefatura de servicio, recibí una extraña llamada telefónica. Se trataba de un proveedor de instrumental quirúrgico especializado. La conversación transcurrió más o menos de la siguiente manera.

-Muy buen día doctor, me permito distraerlo de sus actividades para solicitar su ayuda. Yo, respondí el saludo y le pedí me hiciera saber de qué asunto se trataba.

“El fin de semana previó se había llevado a cabo el congreso de la sociedad, uno de los médicos adscritos a mi servicio había acudido y durante el evento, visitó el stand de la empresa, uno de los vendedores lo había abordado y en el afán de mostrar los avances tecnológicos ofreció unas sofisticadas pinzas quirúrgicas. El médico intrigado y por supuesto conocedor de la calidad y sobre todo de los altos costos que, las pinzas tenían en el mercado, preguntó por el precio. Doctor, me dijo en este momento el proveedor, mi vendedor erróneamente le dio un costo de mil quinientos pesos, cuando el costo real es de doce mil pesos, por cada pinza agregó. En fin, siguió diciendo, que el doctor regresó después con dinero en efectivo y se llevó tres pinzas por cuatro mil quinientos pesos. Algo así como al doce o catorce por ciento del costo de mercado. Mi petición concreta a usted doctor, es que le haga saber al doctor del error del vendedor, del embrollo en el que éste trabajador se encuentra en este momento ya que, tendrá que ser él, el que pague la diferencia. Hágale saber que, en el mejor afán de resolver este asunto, como representante de la empresa me comprometo a venderle las pinzas al doctor, totalmente al costo”
Nos despedimos y en seguida le pedí al médico que se presentara en mi oficina. Hice de su conocimiento los pormenores de la llamada por teléfono, apelé con total discreción a que él sabía el precio real de las pinzas, así como a la situación en la que se hallaba el vendedor, y por supuesto terminé haciéndole ver la oferta formal del representante de la empresa.
Silencio total y absoluto durante algunos segundos y después su respuesta que, resume magistralmente, toda la historia de la moral por la que ha ido evolucionando el hombre.

-¡Que se chinguen por pendejos! Exclamó y se dio media vuelta.

Y con esta respuesta doy por terminada la anécdota y doy el siguiente paso para poner a su consideración: Un ensayo sobre la moral, o lo que es lo mismo… ¡Que se chinguen por pendejos!

Algunas acotaciones necesarias

Por moral entendemos el conjunto de normas y reglas de acción destinadas a regular las relaciones de los individuos en una comunidad social dada, o, como disciplina que trata de la valoración de los actos humanos dentro de una sociedad. Partiendo de esa definición de moral, el significado, función y validez de esas relaciones, se ven obligadas a variar históricamente en las diferentes sociedades, del mismo modo que unas sociedades suceden a otras, dado el carácter cambiante de la misma vida del hombre. Con todo esto se puede decir que la moral cambia a través de los tiempos, o, dicho de otra manera, que tenemos diferentes tipos de moral según el momento histórico en que nos encontremos. En este punto tomo un extracto del monologo de Gila, comediante español.

“La guerra tiene sus cosas malas y sus cosas buenas, tiene un peligro pero tiene sus ventajas porque, te hinchas a matar y la policía no dice esta boca es mía…un día maté treinta y tantos y al pasar la policía dije. –He sido yo y qué. ¡No, nada!, respondió la policía, Usted perdone.”

Así pues, la moral es en definitiva un hecho histórico, y por tanto, la ética, como ciencia de la moral, no puede concebirla como algo dado de una vez y para siempre, sino que tiene que considerarla como un aspecto de la realidad humana que cambia con el tiempo; y como tal, la moral se caracteriza por estar haciéndose constantemente, produciéndose de una manera continua a través del tiempo.
Por otro lado, la moral surge cuando el hombre deja atrás su naturaleza puramente instintiva y forma parte de una colectividad, cuando deja su andar solitario y empieza a ser parte de una sociedad, cuando comienza a tener conciencia de relación con otros individuos y se crea la necesidad de ajustar comportamientos de tal manera que, se van determinando acciones beneficiosas o buenas para fortalecer al colectivo, y acciones malas o perniciosas que debilitan dicha unión. En este sentido en lugar de hablar de una moral del individuo hablamos de una moral de grupo, son tiempos en los que el sentido fundamental de la tribu es el de cuidado y sobrevivencia. (Tomado de Internet Solís Álvaro Lely CURSO: Ética Profesional)

Mis bases para este ensayo, considerando que mi pretensión es la de mostrar tan sólo, tres momentos históricos:
Moral a Nicómaco (Aristóteles) Biblioteca filosófica. Obras de Aristóteles, puestas en lengua castellana por d. Patricio de Azcárate. La Biblia. Traducción Española dirigida por el P. Félix Puzo, y La Genealogía de la moral. Friedrich Nietzsche. Alianza editorial, Madrid.

Moral a Nicómaco

Aristóteles nació el primer año de la Olimpiada XCIX (384 antes de J. C.) Nicómaco fue su padre, médico de aquella época y el tratado, Moral a Nicómaco, es una especie de dialogo con el que acostumbra abordar sus temas, método por cierto muy común entre los filósofos griegos, quienes armaban este tipo de diálogos, con interlocutores imaginarios. En este caso, Aristóteles y Nicómaco, su padre, quien en tiempos del tratado, estaba muerto. Para Aristóteles, la moral del hombre está totalmente enfocada al bien, 1) el bien es el fin de todas las acciones del hombre.  Todas las artes, todas las indagaciones metódicas del espíritu, lo mismo que todos nuestros actos y todas nuestras determinaciones morales, tienen al parecer siempre por mira algún bien que deseamos conseguir; y por esta razón ha sido exactamente definido el bien, cuando se ha dicho, que es el objeto de todas nuestras aspiraciones. 2) el fin supremo del hombre es la felicidad. Lo mismo el vulgo, como las personas ilustradas, llaman a este bien supremo, felicidad y, según esta opinión común, vivir bien, obrar bien es sinónimo de ser dichoso. Y en este punto el primer quiebre que nos viene desde aquellos tiempos, qué es ser dichoso o feliz para unos y otros, qué del actuar moral o ético del hombre puede ser considerado bueno o malo, si su objetivo de felicidad o dicha se cumple. En Moral a Nicómaco continua el filósofo: Pero en lo que se dividen las opiniones es sobre la naturaleza y la esencia de la felicidad, y en este punto el vulgo está muy lejos de estar de acuerdo con los sabios. Unos la colocan en las cosas visibles y que resaltan a los ojos, como el placer, la riqueza, los honores; mientras que otros la colocan en otra parte. Visto en este concepto filosófico, la moral se va relacionando con el bien y este bien, con la dicha. Así mismo adopta un aire intelectual al enmarcarse dentro de la felicidad del alma, y un carácter terrenal como la felicidad externa y la felicidad individual. En este momento un elemento más que se agrega en el tratado de Aristóteles, 3) Imperfección inevitable. Conforme a este razonamiento, es claro, que si quisiéramos seguir todas las mudanzas de la fortuna de un hombre, sucedería muchas veces que llamaríamos a un mismo individuo dichoso y desgraciado, haciendo del hombre dichoso una especie de camaleón y de una naturaleza medianamente mudable y pobre. ¡Pero qué!, ¿es prudente dar tanta importancia a los cambios de la fortuna de los hombres? No es en la fortuna donde se encuentran la felicidad o la desgracia, estando la vida humana expuesta a estas vicisitudes inevitables, como ya hemos dicho; sino que son los actos de virtud los únicos que deciden soberanamente de la felicidad, como son los actos contrarios los que deciden del estado contrario. ¿Por qué, pues, no hemos de declarar que el hombre dichoso es el que obra siempre según lo exige la virtud perfecta?  En cuanto a la virtud moral nace más particularmente del hábito y de las costumbres; y de la palabra misma hábito, mediante un ligero cambio, procede el nombre de moral que hoy tiene. Así, pues, las virtudes no existen en nosotros por la sola acción de la naturaleza, ni tampoco contra las leyes de la misma; sino que la naturaleza nos ha hecho susceptibles de ellas, y el hábito es el que las desenvuelve y las perfecciona en nosotros. He aquí cómo es preciso dedicarse escrupulosamente a practicar solamente actos de cierto género; porque las cualidades se forman según las diferencias mismas de estos actos y siguen su naturaleza. No es pues de poca importancia contraer desde la infancia y lo más pronto posible tales o cuales hábitos; por el contrario, es este un punto de muchísimo interés, o por mejor decir, es el todo. Para concluir, Moral de Nicómaco, de Aristóteles, apunta en el sentido de que, la enseñanza y el trabajo constante en el hábito y las costumbres del hombre, tendrán como efecto conseguir la virtud, o en sentido contrario el menoscabo de esta. Las virtudes sólo se conquistan mediante la constante repetición de actos de justicia, de templanza, Etc. Y yo agrego, particularmente, aquellas que uno va adquiriendo y haciendo suyas, desde la infancia.

La Biblia

Sin duda alguna la Biblia es el libro que mayor difusión ha tenido y desde luego el de mayor influencia en occidente, particularmente por la difusión universal de la religión Cristiana. En la Biblia me atrevo a reconocer, y siguiendo el concepto de la propia iglesia, tres momentos de inspiración divina para lograr la conjunción de muchos libros. El primer momento tiene que ver con la escritura de los Cuarenta y seis libros del viejo testamento y los veintisiete del Nuevo Testamento (Biblia Católica). Todos ellos escritos por el hombre, y en muy variadas épocas que, abarcan en general, 1600 años o dieciséis siglos. El segundo momento de inspiración se dio ya no entre quienes escribieron los textos, si no entre aquellos que se dieron a la tarea de reunirlos, traducirlos, estudiarlos y aceptarlos como de inspiración divina, en este sentido hago mención de que, El canon hebreo de 39 libros, en realidad fue establecido en el Consejo de Jamnia, posiblemente en el año 90 después de Cristo. Previo a este consejo, en el primer concilio de Jamnia en el 97 a.C. se establecieron las primeras bases del canon. Pese a este esfuerzo, algunos estudiosos consideran que en algunas comunidades Judías, este Canon no ha sido aceptado, aún en nuestros días. En el Concilio de Alejandría (siglo I a.C.) Los judíos que vivían en Alejandría enojados por la desacreditación de los escritos en griego, forma un segundo concilio que, añade a los 39 libros ya aprobados, los otros siete escritos que fueron excluidos por el primer concilio. Esta última revisión del concilio de Alejandría es oficializada más tarde por la iglesia Católica. En el Concilio de Cartago (año 397), San Jerónimo inició una traducción latina de la Biblia, completada en el año 405, llamada la Vulgata y considerada desde entonces la Biblia canónica u oficial de la Iglesia Católica. Esta edición tuvo los 73 libros que las Biblias cristianas tuvieron en los años siguientes hasta la actualidad, pero, alrededor del 1521, Martín Lutero decidió quitar los libros y los añadidos a los libros canónicos que se encuentran en la Septuaginta griega pero no en el texto hebreo, poniendo en un apéndice los 7 Deuterocanónicos del Antiguo Testamento, con el título de Apócrifos. 
El tercer momento de inspiración tiene que ver con la modernidad de nuestra época, La Biblia de Gutenberg, también conocida como la Biblia de 42 líneas o Biblia de Mazarino, es una edición de la Vulgata, impresa por Johannes Gutenberg en Maguncia, Alemania, en el siglo XV. La Biblia se considera el primer libro impreso a gran escala mediante el sistema de tipos móviles, fue su mayor trabajo y tiene el estatus de icono por simbolizar el comienzo de la «Edad de la Imprenta». A partir de este momento la divulgación de la Biblia se universaliza.
Una vez hechas las anotaciones anteriores, abordo el tema que nos ocupa en este ensayo sobre la moral.  Es en el Éxodo, el segundo libro del Viejo Testamento en el que, Dios, plasma en una alianza con Moisés, el decálogo de leyes por las que deberá regirse el pueblo de Israel, aunque finalmente será en el Deuteronomio cuando se formalice la promulgación. A continuación trascribo una sinapsis del decálogo.
Moisés convocó a todo Israel y les dijo: Escucha, Israel, los preceptos y las leyes que yo promulgo hoy en presencia de todos ustedes. Apréndanlos para ponerlos en práctica cuidadosamente.
1 No tendrás otros dioses delante de mí.
2 No te harás ninguna escultura y ninguna imagen de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo, en la tierra, o debajo de la tierra, en las aguas. No te postrarás ante ellas ni les rendirás culto, porque yo soy el Señor, tu Dios, un Dios celoso, que castigo la maldad de los padres en los hijos, hasta la tercera y cuarta generación, si ellos me aborrecen; y tengo misericordia a lo largo de mil generaciones, si me aman y cumplen mis mandamientos.
3 No pronunciarás en vano el nombre del Señor, tu Dios, porque él no dejará sin castigo al que lo pronuncie en vano.
4 Observa el día sábado para santificarlo, como el Señor, tu Dios, te lo ha ordenado. Durante seis días trabajarás y realizarás todas tus tareas, pero el séptimo día es día de descanso en honor del Señor, tu Dios. En él no harán ningún trabajo ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún otro de tus animales, ni tampoco el extranjero que reside en tus ciudades. Así podrán descansar tu esclavo y tu esclava, como lo haces tú. Recuerda que fuiste esclavo en Egipto, y que el Señor te hizo salir de allí con el poder de su mano y la fuerza de su brazo. Por eso el Señor, tu Dios, te manda celebrar el día sábado.
5 Honra a tu padre y a tu madre, como el Señor, tu Dios, te lo ha mandado, para que tengas una larga vida y seas feliz en la tierra que el Señor, tu Dios, te da.
6 No matarás.
7 No cometerás adulterio.
8 No robarás.
9 No darás falso testimonio contra tu prójimo.
10 No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni desearás su casa, su campo, su esclavo, su esclava, su buey, su asno, ni ninguna otra cosa que le pertenezca.
Mientras que los primero cuatro mandatos se refieren a la obediencia y a la adoración a Dios, los seis restantes tienen que ver total y absolutamente, con el comportamiento del hombre con el hombre, dentro de la sociedad. Dichas leyes o mandamientos, fueron abordados extensamente en el resto de los libros, en algunos casos, para ejemplificar las malas conductas. El robo, el asesinato, el incesto, las aberraciones sexuales, el martirio, la injusticia, a la par que las virtudes como el amor, la piedad, la caridad, la compasión, en una síntesis, el bien y el mal, y en un sentido amplio, toda la naturaleza humana buena o mala está volcada en la Biblia. En ella está plasmado el hombre y retomando un poco la moral Aristotélica, lo está en toda su Imperfección inevitable.     
Cerrar esta síntesis con el reconocimiento de que, la nación actual más beligerante, ha basado su doctrina justamente en la Biblia.

La genealogía de la moral

La idea fundamental de Nietzsche en su libro La genealogía de la moral, es la de polemizar en torno a los conceptos bueno y malo de la moral. En este sentido eleva a un terreno intelectual la razón fundamental del hombre visto desde un punto de vista moral o amoral, bueno y malo, y se pregunta ¿bueno o malo desde el punto de vista de quién? En los conceptos de Nietzsche, a diferencia de la moral filosófica de Aristóteles o de la moral Cristiana de la Biblia, en donde el hombre lleva a cabo actos buenos que lo llevan a la virtud, o actos malos que lo conducen a un castigo, lo que busca es analizar a quien o quienes tienen como fin, definir lo que es bueno y malo y no el acto en sí. Un poco complicado entender este análisis, pero incluso el autor, hace notar que su libro pudiera no ser entendido por la mayoría. El pathos originario. Frente al empirismo, Nietzsche considera que en el origen de los conceptos morales se encuentra el denominado pathos de la nobleza y de la distancia, la valoración que «los buenos» hacen de ellos mismos, a saber, como hombres superiores frente a todo lo bajo, lo abyecto, lo vulgar y plebeyo. Así, pues, el lenguaje, al distinguir entre «bueno» y «malo», habría sido el soporte de quienes detentan el poder —«una exteriorización del poder de los que dominan» esto nos lleva un poco a considerar que lo bueno o malo en el actuar del hombre, no depende de las consecuencias que puedan traer al propio hombre, si no a la valoración que de estos hagan los que detentan el poder.  Las palabras bueno y malo transparentan las razones por las que los nobles se sentían hombres de rango superior en virtud de los siguientes criterios de comparación: a) superioridad de poder; b) riqueza y propiedades o c) veracidad de su carácter. Lo bueno para la casta sacerdotal: la falta de salud de la distinción entre «puro» e «impuro». La metafísica corruptora, hostil a los sentidos, la auto-hipnosis del brahmán. La transvaloración de los valores aristocráticos. Los sacerdotes como «los enemigos más malvados» y «los máximos odiadores de la historia universal». La transvaloración de los valores nobles y la promesa de bienaventuranza para los miserables, pobres, impotentes y bajos.  Las operaciones que conducen a fabricar ideales. La transformación de la debilidad en mérito, de la bajeza en humildad, de la impotencia en bondad y de la sumisión en obediencia. Los débiles quieren llegar a ser también ellos fuertes, pero sin que medie esfuerzo y trabajo alguno por su parte, sino recurriendo a la suplantación del fuerte, a su des-valoración.
El filósofo confronta la filosofía Inglesa vigente en su época y la religión cristiana al considerar que, el futuro del hombre, en cuanto a los conceptos morales de bien y mal, deben situarse en un ámbito de percepción desde el punto de vista de la valoración que de su acto, haga. Sentido y valor del ideal ascético: el hombre del futuro debe aprender a sostenerse sobre un vacío de sentido, esto es, a reconocer la relatividad de toda interpretación, de toda máscara con la que nos enfrentamos a lo que nos ocurre. Y de nueva cuenta volviendo a los principios de Aristóteles, Nietzsche considera que, independientemente, de la naturaleza de los actos del hombre, bien y mal, siempre serán valorados e interpretados acordes a la voluntad de otros, considerados por sí mismos, como superiores.

Conclusiones en el México actual:

El ensayo comenzó con una anécdota y la concluiré con algunas ideas sobre la actualidad del México de estos días. La corrupción como el conjunto de acciones inmorales o amorales del hombre, como ente individual y de la sociedad como ente colectivo. En el análisis que me permití hacer de estas tres fuentes, Moral a Nicómaco de Aristóteles, la Biblia de inspiración divina y La Genealogía de la moral de Friedrich Nietzsche, abordé a la vez, tres momentos históricos de la moral, en el devenir de la humanidad, muchos siglos por cierto. La percepción final es que, desde que el hombre decidió, por sobrevivencia, formar colectivos, la moral no ha cambiado un ápice en relación a sus actos buenos y malos. Las leyes, propuestas por el hombre y avaladas por Dios, han tratado de acotar los malos actos, y enaltecer los buenos, sin embargo en esta larga historia de encuentros y desencuentros al día de hoy las cosas, en cuanto a moral se refieren, siguen exactamente iguales. ¿Qué hace que un hombre aparentemente de bien, se sume a la rapiña como la que vimos ayer con el tráiler que transportaba ganado? ¿Por qué participa toda una familia y más aún, toda una comunidad entera, en actos deliberadamente ilegales como el huachicol? ¿Qué mueve a un profesionista preparado a cometer actos de corrupción? El sinsentido de los actos inmersos en la moral pertenecen al hombre, y no habrá decreto que pueda revertir esta condición. El hombre bueno no existe, el hombre irá cambiando de acuerdo a los tiempos y a las circunstancias. Las acciones buenas y malas seguirán manifestándose en la humanidad, por los siglos de los siglos.


Ciudad de México.
© 2019 By Oscar Mtz. Molina         

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