EN LA SALA de expulsión me encuentro hoy
esperando la llegada, el momento,
en que pronto brotarán recién nacidos
tras dolores de mujer en pleno parto.
Pasarán a través del borrado y dilatado cérvix
bañados por el líquido del amnios
y gritando por salir transvaginados
llorarán en las manos del pediatra.
No obstante no cesan los dolores:
sigue en trance ese útero contráctil
que arroja al exterior ya su placenta
llora triste por el DIU que lo atraviesa.
Rodolfo Hau, MIP. Enero 1988. Periódico de Internos.
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