Los
labios de Anaïs aceptaron con timidez el beso de aquella boca entreabierta. Un murmullo de mar embravecido acarició su rostro. Cerró los ojos y lamió hasta que
toda June era un torrente cristalino escapando por su vagina. Un canto de sirena en las
ingles de Anaïs pronunció su nombre, mientras las manos de June aferraban sus glúteos redondos.
Sentado al borde de la cama, Henry prendió un cigarro.
José Manuel Ortiz Soto en Alberto Benza, 69. Antología de microrrelatos eróticos I, Altazor, Lima, Perú, 2016.
2 comentarios:
Instantáneo como un orgasmo, inquietante como la pasión.
Anónimo, gracias por tu comentario. Un abrazo.
Publicar un comentario