lunes, 9 de mayo de 2016

Carta a mi hijo Juan David


Carta a mi hijo Juan David 



 

Hola Juanda, decidí escribirte esta carta y publicarla porque en realidad no sólo es para ti, también es para las personas que hacen parte de ese mundo que a veces no comprendes y que casi siempre no te comprende, para ayudarte a entender y para que ellos intenten entenderte.
               Empecemos por el principio. Posees una condición llamada Síndrome de Asperger de la que no te voy a hablar mucho aquí, pero sí te diré que es la causa de muchos de tus comportamientos, habilidades, actitudes, aptitudes y en general de tu forma de ver el mundo que te rodea. No conozco la causa exacta de esto, pero espero algún día conocerla. Tú y yo tenemos la fortuna de contar mami, una mujer excepcional, que fue la primera persona en notar tu condición cuando yo estaba lejos y también quien, a mi edad, me hizo caer en cuenta que tú y yo somos bastante parecidos en ese sentido.
               Dicho esto, paso a darte algunas claves, trucos o tips para que afrontes de la mejor manera posible las situaciones que podrían llegar a presentarse y afectarte en tu vida, aunque debes tener en cuenta que te las digo con base en mi propia experiencia y es muy seguro que tú vivas experiencias distintas.
               Notarás que siempre quieres ser el primero, que consideras tus necesidades primordiales ante las de los demás. Esto podría ser interpretado como egoísmo por otras personas, así que ten calma, controla los impulsos. Recuerda que cada quien tiene sus propias necesidades y prioridades y debemos respetarlas.
               Notarás que eres en algunas áreas del aprendizaje y en otras no tanto. Aprovecha al máximo y desarrolla esas áreas en las que eres bueno, sin descuidar aquellas en las que requieras mejorar.
               Notarás que cuando te apasiona un tema lo investigas a fondo, hasta ser un experto. Ya te sucedió con los dinosaurios y pronto vendrán otras cosas. Viste la cámara que compré? Pues estuve semanas leyendo, investigando...no cuál era la mejor, sino cuál era la mejor para mí. Ya vas notando cómo nos parecemos?
               Notarás que no eres tan bueno para los deportes de contacto físico y esto podría traer algo de incomodidad porque ves a tus amiguitos jugando bien al fútbol, por ejemplo. Tranquilo, a mí también me pasó y lo que hice fue idear, sin saberlo en ese momento, una  estrategia: me especialicé en la defensa, en evitar que el contrincante metiera el gol, mientras mis compañeros de equipo hacían nuestros goles. Te aseguro que en mi barrio no había nadie mejor que yo en la defensa del arco, de esa forma conseguí no quedar por fuera en los partidos de futbolito del parqueadero. Tú podrás generar tus propias estrategias en  ese o en cualquier deporte.
               Cuando llegues a cierta edad, notarás que no eres muy bueno para el baile y esto podría traer algunas dificultades a la hora de conseguir novia y en general de integrarte al grupo de adolescentes al que quieras pertenecer. Tranquilo, yo nunca aprendí a bailar y a pesar que sentía y siento la música en el alma, mi cuerpo se resiste a obedecer la orden de moverse como mi mente quisiera. No te desesperes ni te frustres, muy seguramente no te será fácil conseguir novia en una discoteca, pero verás que en otros ambientes no es tan difícil, tú eres encantador. Recuerda que a medida que crezcas irás valorando más a las que leen que a las que bailan. Aún así, ten en cuenta que bailar hace bien, sirve como ejercicio y ayuda con el estrés, así que de vez en cuando vence tu timidez y baila como quieras. No le miedo al ridículo, en ocasiones es saludable reírse de uno mismo.
               Cuando te enamores, lo harás con todo, entregarás alma, vida y corazón. Es posible que seas correspondido de la misma forma...y es posible que no. En caso de darse lo segundo, ten la gallardía, la entereza y la dignidad de entenderlo y no resientas. Recuerda que el amor es espontaneo, nunca nace por pedido propio o del otro...se siente o no se siente. Nunca insistas al grado de ser molesto.
               Tienes poca tolerancia a la frustración y eres muy sensible a lo que te dicen y lo que te hacen, así que es posible que te sientas mal cuando las cosas no te salgan como quieres o cuando te sientas rechazado o maltratado por alguien. Pero también te sentirás muy bien cuando percibas que eres querido, estimado, apreciado. Tendrás pocos amigos, pero estos serán de calidad inigualable. Sé buen amigo y corresponde a la sinceridad con más sinceridad. No sientas rencor por nadie, aunque te haya hecho mal, pues el rencor sólo te dañará a ti mismo...perdona. Existe la posibilidad que tu forma de ser no caiga bien en algunas personas...es entendible, no todos tienen la tolerancia y la sensibilidad necesarias para ponerse en tus zapatos.
               Notarás que te resulta difícil comprender el sarcasmo o las expresiones con doble sentido y que eres literal en lo que dices y en lo que entiendes. Esto podría complicar una conversación. Incluso podría dar pie a que alguien pretenda bromear un poco contigo. Entiende que para el mundo de allá afuera eso es común y adáptate, aprende. Con el tiempo podrás tú mismo mostrar cara de tonto mientras por dentro te ríes de un tonto que se hace el sabio, te aseguro que te vas a divertir. Pero ojo: no seas prepotente y nunca mires por encima del hombro a nadie (para cuando leas esto ya sabrás qué es mirar por encima del hombro). No eres más que nadie ni menos que nadie.
               Tendrás la tendencia a creer en la buena fe de la gente, porque tú actúas con buena fe y piensas que todos somos iguales. Esto podría traerte más de una decepción y es casi imposible de evitar, así que lo que te puedo decir al respecto es: cuídate mucho, pero que ese cuidado no te haga perder la fe en la humanidad.
               Valora a tu familia, sabes que puedes contar siempre con ella y eso es fundamental. Te amamos muchísimo, a mi personalmente se me llena el cuerpo y el espíritu de alegría cuando tú me dices: “te quiero pa”.
               Tal vez se me queden algunas cosas por decirte, ya las hablaremos con el transcurrir de los años.
               En resumen, hijo mío, quiero decirte que te amo muchísimo y que quiero que seas feliz, que disfrutes, que ames, que no odies, que bailes, que juegues, que leas mucho... quiero que vivas.
               Te amo hasta el infinito y más allá (por supuesto, pasando por Tocinofrito)
               Tu pa.



Juan Carlos Salgado Isaac, médico pediatra, Colombia.

2 comentarios:

ineiteaonline dijo...

Excelente la visión humana que le das a esta patología. Un cålido abrazo

ineiteaonline dijo...

Excelente la visión humana que le das a esta patología. Un cålido abrazo