(27 de agosto de 1849-6 de diciembre de 1873)
"En rigor no puede decirse que fue médico ya que siendo estudiante de Medicina fue devorado por el mal de Werther. Muerto en flor de juventud (24 años), cuando aún no había madurado en su producción, cuando era un juguete de todas las pasiones juveniles, cuando estaba influenciado por una bohemia enfermiza, pudo, sin embargo, hacer gala de inspiración tormentosa y de una facilidad poco común para versificar.
En sus poemas se presiente al gran poeta que no tuvo tiempo de llegar a ser. Acuña no fue más que el embrión del gran poeta que nunca llegó a nacer."*
Ricardo Pérez Gallardo
Ante un cadáver
(Fragmento)
¡Y bien!, aquí estás ya... sobre la plancha
donde el gran horizonte de la ciencia
la extensión de sus límites ensancha.
Aquí donde la rígida experiencia
viene a dictar las leyes superiores
a que está sometida la existencia.
Aquí donde la ciencia se adelanta
a leer la solución de ese problema
cuyo solo enunciado nos espanta:
ella, que tiene la razón por lema,
y que en tus labios escuchar ansía
la augusta voz de la verdad suprema.
La luz de tus pupilas ya no existe,
tu máquina vital descansa inerte
y a cumplir con su objeto se resiste.
La tumba solo guarda un esqueleto;
mas la vida en su bóveda mortuoria
prosigue alimentándose en secreto.
Que al fin de esta existencia transitoria,
a la que tanto nuestro afán se adhiere,
la materia inmortal como la gloria,
cambia de formas, pero nunca muere.
*Antología de escritores médicos mexicanos, Editora Latino Americana, 1966.
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