jueves, 20 de octubre de 2011

Esperé el plenilunio


Esa noche la telaraña atrapó luz de luna y convirtió su seda en plata. La orgullosa artífice, cautivada por el nuevo aspecto de su obra se posó en el centro de la red y fue fácil; bastó un disparo de mi larga y viscosa lengua.
¡Qué delicia de araña!

No hay comentarios: